Fachadas de hormigón

En nuestro siglo, el hormigón es un material que tiene multitud de funciones. Desde la estructura de un edificio, pasando por su cimentación, cubierta, suelos... y lo que nos surge hoy, las fachadas.

Se convierten en material estrella por esta versatilidad, y por su bajo mantenimiento, siendo cada vez más común su uso.

Morguefile. By PenMac

¿Dos tipos de hormigón?

Pues sí, sólo dos tipos. Vamos a verlos a continuación...

Hormigón in situ

El hormigón in situ es aquel que se lleva fresco a la obra o se prepara directamente allí. Luego se colocan unos encofrados que funcionan como molde y se vierte la mezcla dentro. Una vez que adquiere suficiente resistencia se retiran los encofrados. Y ya está. El acabado es muy interesante, ya que están a la vista las juntas de dilatación y esa rugosidad tan propia de este material.

Como desventajas, destaca la necesidad de una mano de obra especializada y su alto coste de ejecución.

Hormigón prefabricado

Este hormigón viene con forma de placas directamente desde la fábrica, donde pasa estrictos controles de seguridad. Permite además hacer piezas especiales, e incluso añadir capas a las placas de hormigón, formando paneles sandwich con aislamientos térmicos y acústicos.

Estas placas se anclan mediante uniones especiales, que facilita la propia fábrica.

Mediante este sistema se ahorra tiempo y dinero frente al hormigón anterior.

Saber más...

Interesante reportaje sobre el hormigón arquitectónico, que abarca múltiples aspectos.

Para saber más sobre los hormigones, pincha aquí. Te redigirá a un pdf donde explican sus características, tipos y demás datos interesantes.

¿Y esta entrada tan cortita? Se debe a que no hay mucho que contar sobre este tipo de fachadas. Sin embargo sí hay material relativo a los hormigones en general. Tampoco olvides repasar el post sobre fachadas aplacadas. Ambas cosas las puedes encontrar desde el apartado Índice en la parte superior del blog.

Y por último, aunque no menos importante comparte y/o comenta... ¡gracias!